En septiembre de ese año, la Administración de Control de Drogas (DEA) por sus siglas en inglés, emitió una alerta sobre la circulación de pastillas clonadas o falsas con alto contenido de fentanilo y metanfetamina.
De acuerdo con el comunicado emitido, los oficiales reportan un alarmante aumento de pastillas falsas, las cuales contienen al menos de 2 miligramos de fentanilo, cantidad suficiente considerada como dosis letal.
Otros estudios indican que por cada 5 pastillas que circulan en el mercado y que contienen fentanilo, al menos 2 contienen dosis o niveles potencialmente peligrosos.
Algunas de las pastillas falsificadas más comunes están hechas para parecerse a los opioides recetados, como por ejemplo la oxicodona (Oxycontin®, Percocet®), hidrocodona (Vicodin®), y alprazolam (Xanax®); o estimulantes como las anfetaminas (Adderall®).
Las pastillas recetadas falsas son de fácil acceso y, con frecuencia, se venden en las redes sociales y plataformas de comercio electrónico, lo que las pone a disposición de cualquier persona con un teléfono inteligente, incluidos adolescentes y adultos jóvenes. Estas pastillas falsas han sido incautadas por la DEA en cada uno de los Estados, en cantidades sin precedentes.
Cabe recordar que, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) por sus siglas en inglés, el año pasado más de 93,000 personas murieron por sobredosis de drogas en los Estados Unidos, lo que marca la mayor cantidad de muertes relacionadas con las drogas hasta la fecha.
El fentanilo, el opioide sintético que se encuentra con mayor frecuencia en las píldoras falsificadas, es la principal causa de este alarmante aumento de muertes por sobredosis.
Recuerde que los únicos medicamentos seguros para usted, son los recetados por un profesional médico de confianza y distribuidos por las farmacias autorizadas. Cualquier pastilla o medicamento que se consiga por otro medio diferente es insegura y potencialmente mortal.
La DEA ha lanzado la campaña de concientización pública, One Pill Can Kill, para educar al público sobre los peligros de las píldoras falsificadas y cómo mantener segura a la comunidad.
La responsabilidad es de todos y está en manos de cada persona. Frenar las muertes causadas por sobredosis no es tarea fácil, pero se tiene que intensificar el trabajo de prevención y educación. Las comunidades deben conocer cuáles son las causas que generan estos problemas, pero sobre todo ser más empáticos y participativos para informarnos y ayudarnos.
Fuente:
· Imagen DEA y adaptación al español
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