Como hemos mencionado en ediciones anteriores, el humo del cigarrillo contiene más de 7000 sustancias toxicas, de esta cantidad, aproximadamente 70 toxinas son potencialmente causantes de cáncer específicamente. Estas sustancias dañan directamente al consumidor y lamentablemente también afecta a los que respiran el humo, aunque no sean fumadores. Hemos escuchado sobre el humo de segunda mano y los problemas con los que se relacionan, pero en esta ocasión nos enfocaremos en las consecuencias para los pequeños y pequeñas en casa.
Fumar es una actividad que daña el organismo en distintas formas y distintos órganos, de acuerdo con datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) mas de 16 millones de estadounidenses viven con alguna enfermedad relacionada al tabaquismo. Este dato nos habla un poco sobre las consecuencias de este mal habito, que afectan tarde o temprano a la salud del consumidor.
Las enfermedades más comunes causadas por el tabaquismo o el humo de segunda mano, son por supuesto, enfermedades pulmonares, diferentes canceres, enfermedades cardiovasculares, paros cardiacos, insuficiencia respiratoria, bronquitis, asma, problemas con la visión, debilitamiento del sistema inmune, diabetes, tuberculosis, entre otras.
Continuando con datos de los CDC, la exposición al humo de segunda mano o los fumadores pasivos, como también se le conoce, contribuye a la muerte de aproximadamente 41,000 adultos no fumadores y de aproximadamente 400 menores de edad, cada año. Estos números nos hablan de la importancia y la concientización que debemos tener a la hora de tomar decisiones con respecto a los ambientes en donde crecen nuestros hijos.
Una persona que respira el humo del cigarrillo (sin ser fumador) porque está en un ambiente donde alguien esta fumando, a la larga puede tener problemas en su salud relacionadas con el corazón, sangre, y riesgo potencial de sufrir algún paro cardiaco repentino.
Cuando se trata de los menores, comenzando desde que la mujer esta embarazada, los menores pueden sufrir síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL), el humo del cigarro afecta potencialmente al desarrollo cerebral del menor y afecta también al adecuado funcionamiento de los pulmones en la regulación del aire/oxigeno que se respira.
Algunas de las recomendaciones que debemos considerar para proteger a los menores son: evitar fumar durante el embarazo, no fumar en casa, o no permitir que alguien más lo haga, sobre todo cuando hay bebes en el entorno y, recostar a los bebes boca abajo cuando toman siestas.
Los estudios demuestran que los bebes con padres fumadores, son mas propensos a ser enfermizos, el desarrollo de sus pulmones es deficiente (crecen menos que el promedio estándar) y pueden desarrollar bronquitis, neumonía o ser asmáticos en algún momento de su crecimiento. También pueden ser más sensibles a infecciones en el oído, en los ojos (ojos sensibles y llorosos, rojizos, o hasta quedarse ciegos.)
Protege a tus hijos y no los expongas a ambientes donde hay fumadores, asegúrate de que estén en lugares libres de humo y si alguien a tu alrededor fuma, tienes el derecho de exigir a la persona que respete el espacio de tu hijo o hija, pidiéndole amablemente que se aleje del sitio o que simplemente deje de fumar mientras esta en ese ambiente familiar.
Fuentes:
· https://www.cdc.gov/tobacco/basic_information/health_effects/index.htm
· Foto de Zabavna via Shutterstock.com extraído de https://www.israel21c.org/secondhand-smoke-in-kids-hair-prompts-behavior-changes-in-parents/
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